Calendar girl: abril, mayo y junio

Título: Calendar Girl: abril, mayo, junio
Título original: Calendar Girl: April, May, June
Saga: Calendar Girl, #2
Autora: Audrey Carlan
Año de publicación: 2016
Género: romance, erótica
Nº de páginas: 375
Editorial: Planeta

Ya han pasado tres meses desde que Mia se embarcó en la aventura más increíble de su vida. Tres meses llenos de lujo, pasión y glamur... saltando de ciudad en ciudad. Tres meses desde que conoció a Wes.
Boston, Hawaii y Washington DC son sus próximos destinos, en los que, junto con Mason, Tai y el senador Shipley, Mia se adentrará en el mundo de las wags, conocerá el valor de la amistad y vivirá unas experiencias sexuales que la llevarán hasta límites insospechados.
Aunque Mia no puede olvidar a Wes, sabe que su viaje debe continuar. Pero algo le dice que sus caminos volverán a cruzarse...

O P I N I Ó N

Bueno, bueno... ¡pues aquí estamos otra vez! No contenta con el fiasco que supuso Calendar Girl #1 (RESEÑA), decidí seguir con la segunda parte. Como me da mucha pereza ir apuntando todas las barbaridades que me encuentro en estos libros, he vuelto a utilizar #CalendarConeja2. Algunos me habéis preguntado por qué me hago esto a mí misma. A ver, no lo hago por placer, eso está más que claro, lo hago 1) porque nos reímos todos un rato, que buena falta nos hace, 2) porque por muy mala que sea la historia, hay que darle a todo una segunda oportunidad y 3) porque, de esta forma, puedo decir con total seguridad que es mala con ganas. ¿Queréis conocer mi opinión completa? :)

Os recuerdo que nuestra maravillosa protagonista es escort de lujo y que cobra un pastizal por pasear su culo bonito allá donde la manden. Dicho esto, vayamos a lo que nos concierne. Empezamos con abril, un jugador de béisbol profesional (¡de los Red Sox, nada más y nada menos!) que se cree que es la repera: joven, rico, atlético, etc. Vamos, el pack completo del cliente estándar de Mia. Por supuesto, las tías se le tiran encima. Bueno, se le tiran TANTO encima que contrata a Mia para que finja ser una novia estable y dar buena imagen a los patrocinadores. Abril no puede ser más cliché, ¡pero lo peor es que se lo tiene muy creído! Pufff, si hay algo que no aguanto son los gallitos prepotentes y engreídos. Que te aguante tu madre, nene.

 

Ah, pero da igual lo cañón que esté el maromo, porque a Mia "YA NO LE AFECTA". ¿Oís la risa malvada de fondo? Pues soy yo, que todavía me estoy descojonando de esta frase. Vamos a ver, chiquilla, si cada vez que ves un hombre mínimamente guapo te chorrean las bragas, LITERALMENTE. No me vengas con que no te afecta, porque NO. We know you, gurl. La vida sigue y Mia descubre que abril está "enamorado" de Rachel, su relaciones públicas, la típica chica americana: rubia, ojos azules, delgadísima ella, le encanta ir de compras, etc. 

Sin embargo, abril sigue siendo un ligón, a pesar de todo el amor que tiene guardado para darle a la chica adecuada (JAJAJAJAJAJA), y Rachel termina siempre tal que así: "Apretaba el culo con tanta fuerza que podría haber cagado diamantes". Este libro es una obra de arte. ¡Pero, eh! Que el muchacho es demasiado machote para enamorarse, él sólo quiere "follarle las tetas a Mia" (como todos los tíos sobre la faz de la Tierra). Tenemos otro bipolar en la sala, ¡traigan la camisa de fuerza! En fin, que no se da cuenta de que le mola la tal Rachel hasta que la ve con el pelo suelto y bla bla bla. Es todo tan baile-de-fin-de-curso que me da hasta sueño contarlo. 

Oye, y a todo esto, ¿dónde está Mia? Pues se está tirando a febrero, el franchute, porque un mes de celibato es demasiado para ella. No la culpo, la verdad, con la caña que le daba febrero hasta yo hacía cola para probar. 

Sin embargo, el corazón de Mia da un vuelco cuando se entera de que Wes, enero, se está acostando con otra mujer, Gina. ¡Y eso lo cambia todo! Porque, EH, ella no se está acostando con nadie. Wes, ¿de qué vas? Como siempre, Mia tan lógica y tan poco hipócrita. Qué ganas de darte con una sartén en la cara, madre mía. No hay ningún incidente especialmente relevante en esta primera parte. De hecho, como Mia no puede acostarse con abril, se hace de lo más aburrido. La solución: vamos a meter clientes anteriores (aquí entra el franchute). Vamos, en resumen, que el único interés que tiene el libro son las relaciones sexuales varias de Mia. SUPERINTRIGANTE. ¿Cómo acabará? ¿Llegará al orgasmo seis o siete veces? No puedo esperar. 

Lo peor es que Mia sigue siendo una Mary Sue de las gordas, ¡qué fastidio! A todos los tíos les encanta, A TODOS (sin excepción). Mia, let's be honest, no eres tan genial y a mí hasta me aburres con tu actitud de chica mala barriobajera, no te trago. No eres "un regalo del cielo a la humanidad" (y, si lo eres, que me den el ticket regalo PERO YA) ni tampoco eres "el tipo de cualquier hombre" (o eso espero, porque vamos apañados).

Para aquellos que no habéis leído la reseña de la primera parte, Mia se enorgullece enormemente de haber conseguido que su hermana llegue virgen a la universidad. Porque, como todos sabemos, la virginidad determina el valor de una mujer, DE SIEMPRE. Bueno, pues en esta segunda parte, la hermana se suelta la melena y empieza a salir con un chico... ¡y ocurre lo inevitable! No veas el drama que se monta porque la niña se ha acostado con él: se ponen a llorar ahí las dos como si acabaran de tener cuatrillizos a la vez o algo. De todas formas, espero que a la hermana no le hagan un bombo antes de tiempo porque, a pesar de haberse prometido y tal (¡si es que la juventud de hoy en día va muy rápido!), no me cae del todo mal.

Llega mayo y la mandan a Hawái, pero ella pasa del cliente como del aire, porque no es su tipo. Mayo es un señor que, aunque se conserva bien, tiene unos cincuenta años y está casado. Mia sólo ha sido contratada para ser modelo de bañadores. Porque no había otra modelo en todo el planeta que no te cobrara un dineral por cuatro fotos mal hechas. En fin. Pero Mia no se va a quedar sin probar la gastronomía local: Tai, un samoano ENORME, conquista su corazón (y otros órganos menos románticos). Que os quede claro que Tai es muy grande, todo él, y, por si se os olvida, os lo van a recordar cada dos o tres párrafos como mucho. Al día siguiente de conocerse, Tai la lleva a conocer a su familia, unas cuarenta personas, PORQUE SÍ, PORQUE PUEDO. YOLO. Y ya está. Ya sabéis que en este libro lo que prima es la sucesión lógica de los hechos, nada más. Y la madre le dice que Mia no es su para siempre, WTF. Por lo visto la madre es vidente o algo, así que nos vigila la vida amorosa en vez de sacarnos de la miseria con los números de la lotería. ERROR 404, LOGIC NOT FOUND.

Mayo la tiene como un tronco de abedul, pero no os preocupéis que Mia lo tiene todo bajo control: "una de las habilidades de las que más orgullosa me sentía era la de poder meterme la polla de mis amantes hasta la garganta". Lo confieso: aquí tiré el ebook encima de la cama y me fui a dar una vuelta porque estaba a punto de darme un síncope con esta prosa tan elaborada y maravillosa que tiene Audrey Carlan. 

Cuando creía que el samoano me tenía hasta la pepitilla, llega Gin a la isla a pasar unos días con Mia y hasta el señor este me empieza a caer mejor. Gin es la mejor amiga de Mia, una bailarina de Las Vegas que es preciosa y le encanta hablar bien delante de la gente. Me encanto cuando me pongo sarcástica. A este personaje le tengo un especial odio, porque no tiene ninguna función más que decir guarradas y babear por cualquier tío. Además, sus perlas tampoco se quedan atrás: "Mandy tiene que aprender a chupar pollas si quiere que su marido se quede a su lado". Siglos de lucha feminista para ESTO. 

Total, que llega junio ¡y sorpresa! Es un cincuentón rico que se dedica a la política. Creo que este ha sido el único cliente basado en hechos reales que se puede encontrar en toda la saga. ¿Para qué la contrata? Pues ni idea: se supone que tiene que ser una mujer florero (como si no lo hubiera sido ya con los otros cinco antes) para que el señor se integre mejor en el grupo de peces gordos. Por lo visto, hoy en día si no llevas veinteañeras bajo el brazo, la gente ni te mira. ¡Venga ya! Mia, ante la perspectiva de pasarse un mes sin echar un casquete, está que se sube por las paredes. Sin embargo, el hijo de junio promete: es un senador guapo, rico y sexy. Vamos, MUY DIFERENTE AL RESTO, como podéis ver. 

La situación se pone delicada cuando el chico se sobrepasa y le mete mano a Mia cuando está dormida y teniendo un sueño húmedo con enero. ¿Por qué no dice nada? ¿POR QUÉ? ¿Por qué no habla con junio y le dice que su hijo se ha pasado de la ralla con ella y tiene que cortarle las manos o algo? Se echa la culpa porque flirtea con él y cree que le ha mandado las señales equivocadas. O sea, a ver si me aclaro, que casi te viola y te echas la culpa. PERO TE MATO YA O ME ESPERO A QUE TE MATE ÉL.

Pues el tipo vuelve a intentar lo mismo en una fiesta y, esta vez, las cosas se ponen feas de verdad. Vamos, que si no llega a estar abril por allí, a Mia le hacen un estropicio de los gordos. La verdad es que, fuera cachondeo, esta parte ha sido bastante delicada de leer. Por fin, la autora nos muestra la realidad de las escorts, que no todo es glamour y lujuria. Me pongo muy sensible con el tema y, a pesar de que me cae rematadamente mal, Mia no lo merece. NI NADIE. Que me tenéis hasta el papo con querer meter el paquete en todas partes. COÑO YA.  

Y ya, para terminar, llaman para confirmar la reserva de junio. La autora dice que es un cantante de rap, pero yo os digo que, por la descripción que da, es un reguetonero de estos... yatusabeh. Además, se hace llamar LATIN LO-VAH, ¿qué puede ser más sexy que eso, por favor? *Se va a vomitar a una esquina*. De todas formas, no creo que siga la saga ni para reírme de ella, porque siento que no saco nada: es una historia lenta, aburrida, repetitiva y que no aporta originalidad alguna. Podría decirse que Calendar Girl es una compilación de terribles historias clichés. No vale la pena invertir más tiempo en ella.