Everything Everything

Título: Todo Todo 
Título original: Everything Everything 
Autora: Nicola Yoon (con ilustraciones de David Yoon) 
Año de publicación: 2015
Género: romance, young adult
Nº de páginas: 306
Editorial: Corgi Books (Penguin Random House)

Madeline Whittier es alérgica al mundo exterior. Tan alérgica, de hecho, que no ha salido de su casa en 17 años. Aun así, su vida transcurre feliz y tranquila hasta que el chico de ojos azules como el Atlántico se muda a la casa de al lado. El flechazo surge por mensajería instantánea y va creciendo y complicándose a través de un sinfín de conversaciones, anhelos, viñetas, sensaciones, ilustraciones, sueños...

Y es que resulta difícil volver a la rutina de siempre con todos los ruidos que llegan de fuera. De repente, Maddy es consciente del canto de los pájaros y de los rayos de sol que se cuelan por sus contraventanas. Y cuanto más trata de separarse del mundo exterior, más empeñado parece éste en entrar...
¿Qué tendrá Olly que lo hace tan impredecible? ¿Y tan... especial? ¿Qué tendrá Olly para hacer que la realidad de Madeline se tambalee?

O P I N I Ó N

Como ya sabéis (bueno, y si no lo sabéis, os informo right now), Amandla Stenbeg va a protagonizar la adaptación cinematográfica de este libro, que ya llevaba mucho tiempo en mi lista de pendientes. Un día lo encontré a muy buen precio de segunda mano ¡y se vino a casa! Me encanta Amandla y me llaman mucho la atención las historias en las que el/la/los protagonista/s tiene/n algún tipo de enfermedad rara/física/mental (me he pasado por las barras, lo sé). Este parecía el candidato perfecto y, además, la portada es muy bonita. Sin embargo, Todo todo no ha sido todo todo lo que esperaba (el chiste fácil que no falte). 

Tenemos, en primer lugar, a una chica que lleva casi toda su vida sin salir de casa debido a una rara enfermedad relacionada con su sistema inmunológico. Sin entrar en mucha parafernalia científica y para que nos hagamos todos una idea, la protagonista, Maddie, nos cuenta que cualquier cosa del mundo exterior podría llegar a matarla. Su madre y su enfermera se encargan de hacerle chequeos diarios, de revisar que toda la comida que entra en casa esté descontaminada y de que los filtros de aire funcionen correctamente. Estamos ante el típico casi de niña-burbuja. Ella no lo lleva mal, se nota un cierto tono de resignación en sus palabras, ¡pero todo es por su bien! La alternativa es la muerte, ¿no? Sin embargo, un día, el primer amor llama a su puerta (literal) y todo se le va al garete. ¡Hola, guapo y misterioso nuevo vecino!

Llevo unos días pensando en cómo describir a Maddie, pero no se me ocurre ningún adjetivo. Es una chica con un mundo muy reducido que sabe que aspirar a más no es nada realista y prefiere refugiarse en la lectura y en las noches de Scrabble con su madre, su mejor amiga. Ya, para empezar, que tu madre y tu enfermera sean tu única compañía, no puede ser bueno. Afortunadamente, Maddie tiene la oportunidad de ampliar su círculo de amistades. No me he visto reflejada en ella, pero sí que le he cogido cariño. Es inevitable. Además, su evolución es muy interesante y, aunque haya hecho algunas cosas con las que no estoy de acuerdo, al final de la historia se comporta tal y como yo lo haría. 

Olly, por el contrario, es mucho más fácil de definir: Hola, soy el misterioso chico que acaba de mudarse justo enfrente de tu ventana, la calle es mi gimnasio y mi situación familiar no es la mejor en estos momentos, ¿quieres salir o algo? Básicamente. Me ha caído muy bien Olly, aunque peca de idealista e idealizado, como todos los personajes masculinos de las novelas young adult, ¿no? Pero es bonico, así que se le perdona un poco. 

Luego está la madre, que ha sido, sin duda, la sorpresa del libro. Tú creías que lo habías visto todo, pero no. Hay más. Y hasta aquí puedo leer. CHANCHANCHÁAAAAAN.

He de decir que, a pesar de que los protagonistas son adolescentes (17 para 18, más o menos), esperaba una historia algo más madura. No es que me haya encontrado con un relato infantil, para nada, pero me ha costado sentirme identificada con los personajes. Me hago mayor y los romances los recibo con más escepticismo que hace algunos años. ¿Están realmente enamorados o me están colando otro instalove de la nada? Sinceramente, creo que Maddie sólo está enamorada de la idea del amor, de poder salir de casa. No cuestiono sus sentimientos, pero cualquier otro chico le hubiera valido. ¿Y Olly? Bueno, si la vecina hubiera tenido realmente el aspecto de alguien que no ha salido de casa en quince años, hubiera bajado la persiana y se acabó la historia. Así de superficiales son los críos de esa edad, ¿o me equivoco?

A todo esto, no penséis que el libro tiene sólo puntos negativos, ¡para nada! Me ha parecido una lectura entretenida y muy rápida. Además, las ilustraciones de David Yoon no son meras decoraciones sino que, en varias ocasiones, sustituyen a capítulos enteros: una imagen vale más que mil palabras, ¿no dicen eso? Lo he leído en inglés y puedo decir que es de los más sencillos que han caído en mis manos en estos meses: vocabulario sencillo, estilo nada pesado, pocas descripciones. Os lo recomiendo incluso para aquellos que estáis todavía empezando; sería una buena motivación. 

En resumen, Nicola Yoon nos presenta este amor tan particular entre Maddie, una chica que vive en su pequeña y acojedora burbuja, y Olly, un chico de increíbles ojos azules que viene dispuesto a sacarla de ella. Con una prosa ligera y muy asequible y una historia de lo más entretenida, Todo Todo es el pasatiempo ideal para los amantes del romance contemporáneo.