La Coneja por el Mundo: Liverpool

¡Hola! Vuelvo a la carga con otro diario de viaje, este vez de Liverpool. No es que haya cogido un avión expresamente para ir hasta allí, pero ya que estaba por Manchester, ¡qué menos que acercarme a esta ciudad tan famosa! Está a menos de una hora en tren y, la verdad, vale la pena hacer una visita. ¿Queréis saber más? 😉 

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Fuimos a Liverpool un sábado que no teníamos nada que hacer. Los billetes de tren salían baratísimos (poco más de £6 ida y vuelta), así que ¿por qué no? Lo primero de lo que nos dimos cuenta al llegar a la estación fue que hacía un frío terrible. Creo que es la vez que más frío he pasado en todo el viaje. Liverpool está hecho para gente como nosotras, de las que va sin mapa por la vida, y hay señales como estas de la izquierda por toda la ciudad que te guían a los sitios de interés. No hay forma de perderse.

Empire Theatre, junto a la estación de tren de Lime St

Bajamos por Chapel St hasta Albert Dock, que fue la primera estructura en el Reino Unido en cuya construcción no se utilizó madera. (Parece que me haya empollado la guía, pero no.) Además, estuvo cerrado mucho tiempo por los daños causados por los bombardeos en la Segunda Guerra Mundial y por los problemas financieros de los dueños, pero lo reabrieron en los 80 y ahora es un sitio muy turístico. 

Albert Dock

Albert Dock

Albert Dock

Albert Dock

Candados en Albert Dock

A lo largo de todo el muelle (y es muy largo) se pueden encontrar estos candados. A mí me hubiera gustado dejar uno, pero no pudo ser. Visto esto, fuimos a entrar en calor a la Tate Liverpool, una galería de arte que también está dentro de Albert Dock. Algunas de las piezas eran interesantes, pero otras... Bueno, yo no entiendo mucho de arte. Solo digo eso. Os dejo algunas que me gustaron:

Liverpool tiene dos catedrales. Una es católica y de estilo muy moderno (parece una sala de conciertos, pero me encantó la planta circular), conocida como Metropolitan Cathedral, y la otra es protestante y de estilo neogótico, es decir, que parece mucho más antigua (Anglican Cathedral). El arquitecto que diseñó la católica era protestante y viceversa. La catedral anglicana, además, tiene unos jardines enormes con cementerio antiguo incluido, ¡una pasada!

Liverpool Metropolitan Cathedral

Liverpool Anglican Cathedral

La catedral anglicana tiene un cartel de neón:
"I felt you and I knew you loved me"

Jardines y cementerio en la catedral anglicana

Cementerio en la catedral anglicana

Después de comer, dimos una vuelta por las calles de la ciudad. A pesar del frío que hacía, pude sacar los dedos y hacer algunas fotos. Liverpool es un sitio peculiar lleno de contrastes, de tiendecitas de segunda mano con escaparates estrafalarios. Aquí os dejo una pequeña muestra de lo que me encontré por allí:

Por supuesto, no podía faltar la visita obligatoria a Chinatown. La puerta deChinatown en Liverpool es una de las más grandes de Europa y, a sus pies, encontré unas estatuas sospechosamente parecidas a uno de mis hijos peludos, al más mayor. Además, estaba todo lleno de estos farolillos rojos de los que también os hablé en el diario de viaje de Manchester, ya que también se estaban preparando para el año nuevo chino.

Chinatown

Chinatown parece un universo paralelo: todo está escrito en chino (incluso los letreros con los nombres de las calles). Curiosamente, por aquí encontramos algunos restaurantes españoles. 

Visitamos también Victoria Gallery & Museum, en la que se puede ver una exposición de arte relacionado con las enfermedades mentales y su proceso de recuperación. En la sala, había un pequeño puesto en el que los visitantes podían escribir sus experiencias y colgarlas en un panel. Leer algunas de estas notas me hizo darme cuenta de la suerte que tengo y de lo poco que la valoro. 

Victoria Gallery & Museum

Victoria Gallery & Museum

A estas alturas, después de haber visitado toda la ciudad a pie y haber ido de compras (aquí fue donde encontré la librería Waterstones, con libros a compra uno y llévate otro a mitad de precio), estábamos agotadas y heladas. Quedaba poco más de media hora para coger el tren de vuelta a Manchester, así que decidimos darnos un respiro y tomarnos un café calentito en Starbucks. Por cierto, este fue el único que pisé en todo el viaje. 

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¿Qué os ha parecido? ¿Habéis estado en Liverpool?

Estad atentos, dentro de poco subiré la entrada sobre mi día en Londres 🐇

¡Os leo en los comentarios!