Reseña #30: #KissMe, Prohibido Enamorarse

 

PROHIBIDO ENAMORARSE 

Elle Kennedy ||  #KissMe, #1 || Alfaguara || 2016 || 411 pág. || ★✫✫✫✫

Hannah por fin ha encontrado un chico que la vuelve loca, pero hay un pequeño problema: no tiene ni idea de cómo seducirle. La solución es Garrett, el deportista y playboy más deseado del campus: él necesita aprobar un examen a toda costa, y a cambio puede ayudarla a poner celoso a cualquiera... Incluso a sí mismo. Cuando un beso inocente les lleva a una noche increíble, Garrett ve la luz: Hannah no puede irse con otro. Tiene que convencerla de que se quede a su lado.

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Con una nota media de más de 4.3/5 en Goodreads y un alubión de resñas positivas, la trilogía #KissMe, soon-to-be tetralogía (y quién sabe hasta dónde llegará el tema), se ha colado en las listas de favoritos de todo el mundo. ¿La razón de su éxito? El new adult corre de par en par las cortinas de humo que el young adult coloca sobre temas que interesan a las generaciones lectoras de hoy en día: la experimentación, el descubrimiento personal y, ¿por qué no decirlo?, el sexo. La potente atracción física entre protagonistas que hace ya tiempo que dejaron sus teen years pero que todavía están lejos de la barrera psicológica de los treinta es el tema central de la mayoría de estas obras.

Bueno, ¿y qué opino yo? ¡He sido incapaz de leer dos líneas seguidas sin rodar los ojos! Supongo que, en parte, la culpa es mía por sucumbir a la tentación de las buenas opiniones. No estamos hablando de un desastre como el que viví con After (no creo que pueda volver a pasar por lo mismo), pero digamos que Prohibido enamorarse no tiene nada especial que no vayamos a leer en cualquier otra parte bajo otro título parecido y otra portada bonita: los mismos clichés, los mismos dramas familiares, los mismos pasados oscuros e, indudablemente, los mismos protagonistas de siempre.

Hannah es una chica de lo más normal, ella sólo quiere cantar en un recital, ganar una beca y poder pagarse la universidad. Sin embargo, un oscuro pasado se cierne sobre todas sus relaciones. ¿Qué es lo peor que le puede haber pasado? Pues beber de copas que no sabe de dónde han salido y ¡tachán! Drama adolescente servido. Por favor, quiero que imaginéis mi tono sarcástico a lo largo de toda la reseña. He de decir que Hannah me caía bien, era una protagonista soportable: inteligente, con las cosas claras y con un agradable puntito de carácter. Lo que pasa es que, como a la mitad de la población femenina de esta universidad, se le cae la baba por el primer maromo que le presta un poco de atención. Hannah, dejaste de molar en el momento en el que te lanzaste a sus brazos.

Garrett es el típico deportista que tiene todo lo que quiere: éxito en el juego, fans que se desmayan con solo verlo (tanto hombres como mujeres) y una media envidiable. ¡Y yo que creía que ya no estábamos en el instituto! Es un machista egocéntrico que se cree que la gente no tiene otra cosa que hacer que obedecer sus órdenes y, ¡ojocuidao!, que te arriesgas a un acoso constante si pasas de él porque, joder, no es posible que ya tengas una vida de la que no quieres que él forme parte. En fin, mirad lo que os digo, si a un tío le digo doce veces que no quiero nada con él y me sigue persiguiendo, llamo a la policía. Sin excusas. Hay que saber cuándo retirarse. Esto no es ser adorablemente tenaz, es ser un acosador implacable. ¡Es como si el mundo estuviera para servirle! ¡UUFF! *Tira el libro por le ventana y se va dando un portazo de los gordos*. Y esto es sólo el principio del libro.

Garrett no se corta un pelo en etiquetar sexualmente a toda mujer que se le cruce por delante. A grandes rasgos, su escáner se reduce a "conejita" o virgen mojigata. Es decir, si te tiras a quien te da la gana sin dar explicaciones, exactamente igual que hacen él y todos sus amigotes, muy mal, pero si no lo haces, peor. No hay forma de ganar. Además, me disgusta cómo la autora describe a las chicas: lleva la manicura perfecta y el pelo arreglado, ¡zorra! o pantalones de yoga y sudadera, ¡puritana! Tened cuidado cuando os pintéis las uñas, nunca se sabe lo que van a decir de ti, ¿eh? Madre mía. Eso sí, los tíos son todos guapísimos, musculosos y de mirada penetrante. Se ve que en esta universidad no te admiten si no eres modelo de Hugo Boss.

Los clichés son la columna vertebral de esta novela: chica tímida conoce a chico popular y se enamoran "inesperadamente". De por medio tenemos algún contratiempo menor: pasado oscuro de ella y pasado oscuro de él, están rotos por dentro. ¡Qué drama tan poco previsible! He perdido días de mi vida leyendo esto, ¿vale? Lo clichés sexuales no se quedan atrás: le ve la chorra y ¡oh, es demasiado grande y no cabrá por "mi conducto femenino"! VERÍDICO Y LITERAL. Por si creíais que sólo tenía el ego grande, nos queda claro que todo lo demás también. Lo que no me queda claro es si es igual de grande que "las tetas de stripper" de Hannah. La cosa sigue y Garrett tiene que tener en cuenta, en todo momento, el consejo que le dio su sabio amigo Birdie (el único que consigue tener la cremallera subida y alcanzar el nirvana monogámico con una tal Nell): con las chicas vírgenes y con las que han sufrido un trauma como el de Hannah hay que ser paciente, respetuoso y cuidadoso. ¡Ahí estamos, generalizando! ¡Tú qué vas a saber! *Suspira, rueda los ojos y se va de la vida*. Esta escena fue de película.

¿Los personajes secundarios? ¿Eso se come? Todas las amigas de ella quieren tirarse a Garrett (que se les derriten las bragas, vamos) y la mitad de los amigos de él quieren tirarse a Hannah. De hecho, todos los amigos de Garrett parecen la misma persona: armario empotrado con las hormonas ON FIRE, hígado de acero y un gran corazón oculto. Y todas las amigas de Hannah son un copia y pega de la amiga tonta enamoradiza: ¡oh, mira qué bueno está, le haría un traje de saliva! Pero, ¡eh!, que Garrett es mucho más que unos pectorales forjados en titanio y un estatus social de realeza, ¡él se está licenciando en historia! Ah, bueno, pues ya está, ya es más listo que la media de los personajes del libro. Ale, buenas noches a todos.

Pasemos al siguiente punto. En mi vida me verás decir tronco, peque o naah. Una cosa es escribir el habla coloquial y otra cosa es traducir como si los personajes fueran canis pandilleros de los noventa. En serio, ¿TRONCO? TRONCO. Es que me da hasta vergüenza ajena. Da igual, no es peor que el naah, que mira que lo habré leído unas noventa veces en el libro. NAAH. Sin embargo, a pesar de que se pasa con estas expresiones (y los clichés), la lectura es súper rápida debido principalmente a que la autora tiene una narración ágil y muy poco recargada, perfecta para no tener que pensar mucho. Lo he leído en castellano, pero le he echado un ojo a la versión original y puedo decir que es bastante sencilla de seguir.

En fin, Elle Kennedy nos trae la historia jamás contada de dos veinteañeros en extremos opuestos de la escala social cuya relación echa chispas desde el primer momento y que deciden, casi de casualidad, probar suerte en esto del amor. Personalmente, no se lo recomiendo a nadie, pero entiendo que es una lectura muy "agradable" y divertida, y que puede llegar a gustar a mucha gente. A mí como libro romántico no me ha convencido, pero ¿como comedia? ¡De diez! El new adult no es para mí... o lo que sea esto que acabo de leer.

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