Calendar Girl: enero, febrero y marzo

Título: Calendar Girl: Enero, febrero, marzo 
Título original: Calendar Girl: January, February, March
Saga: Calendar Girl, #1
Autora: Audrey Carlan
Año de publicación: 2016
Género: romance, erótica
Nº de páginas: 432
Editorial: Planeta

Una experiencia tan arriesgada, dulce y caliente que tu libro podría fundirse.

Mia necesita dinero. Mucho dinero. Para ser exactos un millón de dólares. Y además tiene poco tiempo. La vida de su padre está en juego y ella solo tiene un año para saldar sus deudas. Para ello deberá aceptar un encargo que nunca antes habría imaginado... Durante todo un año, Mia acompañará a lo largo de un mes a un hombre distinto y así conocerá el lujo, diferentes estilos de vida, viajará por muchas ciudades, vivirá experiencias sexuales increíbles... Y hasta puede que conozca al hombre de su vida.

AVISO: Esta reseña contiene spoilers 

Espero que estéis todos sentados, porque os traigo la reseña de una de las historias más surrealistas que he leído en lo que va de año. Desde 50 Sombras, ha proliferado la publicación de estos libros pseudoeróticos (y digo pseudo, porque a mí esto no me pone nada, lo siento, Carlan) que, en mi opinión, sólo sirve para deforestar el Amazonas y hacer llorar al niño Jesús. Bueno, si habéis leído mis tweets con el hashtag #CalendarConeja, sabréis lo bien que me lo pasé con esta lectura. Ahora os lo cuento con más detalle. 

Por si un libro fuera poca tortura, la saga consta de CUATRO.

Resumo el planteamiento: Mia, nuestra potentorra camarera y aspirante a actriz, tiene el mismo ojo para los hombres que yo para los libros (como se puede ver claramente). El último, del que no recuerdo el nombre así que me referiré a él como el millonetis, le presta a su padre un millón de dólares, ¿para qué? No sé, el caso es que se los juega en el casino y adiós quien te crió. ¿Quién presta un millón de dólares a un ludópata alcohólico? ¿Quién pierde un millón de dólares en un casino? Está claro que este libro es una competición de idiotas, pero la cosa no acaba ahí. Resulta que los matones de el millonetis dejan en coma al padre de Mia y esta pobre chica se ve en la obligación de devolverle el dinero a, espero, su ex. Como se puede apreciar claramente, tenemos aquí al novio del año, ¡un partidazo! No sabría decir cuál de todos es el más tonto. Total, la tía de Mia, a quien vamos a llamar la madama, le ofrece un trabajo en su empresa, con el que puede ganar dinero rápidamente y pasárselo muy bien: escort de lujo. 

Pues sí, como leéis: es su tía la que la mete en el negocio. La amiga de Mia está tan de acuerdo con este plan que parece que se vaya a meter ella misma: Oh, tía un trabajo en el que echas un polvo, que buena falta te hace, y encima ganas dinero, what else? Dime dónde has conocido esta chica para no ir yo, porque tiene tela. Me encanta cuando romantizamos las cosas: a las putas de lujo van millonarios tipo Trump, no tipo Ashton Kutcher, ¡a ver si nos queda claro! ¿De verdad os creéis que un tiarrón como Ben Afflek tiene que pagar para que le hagan compañía? ¿DE VERDAD? Wake up.

Y mejor ni hablemos de lo "bien" que escribe la autora: un cliché tras otro. Todos los tíos que la contratan son buenorros de otra galaxia y todos se enamoran perdidamente de Mary Sue... ¡Perdón! De Mia. Ella es una chica muy fuerte y luchadora con un pasado traumático y, POR SUPUESTO, no sabe que es un bellezón. Es todo TAN original que creo que voy a llorar. NO. Además, me gustaría hacer hincapié en las impresionantes descripciones de los personajes, especialmente en la de la madama. El libro está narrado desde el punto de vista de Mia, si mal no recuerdo, así que todo lo que vemos está sujeto a su filtro. La tía básicamente se nos presenta como una dominatrix, que sólo le falta el látigo, vamos. De hecho, Mia, con mucho acierto (nótese el sarcasmo), nos dice que "parece cara". ¿Qué me quieres decir con esto?

Por supuesto, los clientes quieren tener total control sobre lo que dices, haces o vistes, porque el que paga, manda. 50 Sombras all over again: te vestirás con la ropa que te proporcione el cliente (si es que te da algo, si no... pues en bolas y nos reímos un rato), no hablarás más de la cuenta, etc. Ah, y tenlo claro, los hombres pagan porque no quieren comerse los "problemas emocionales" de una mujer. Porque, claramente, todas las mujeres somos unas drama queens de cuidado. No sé cómo he podido acabar el libro.

Bueno, enero, un tal Wes, una copia de Christian Gray pero sin cuarto rojo del dolor: rico, triunfador, serio, controlador, de familia bien y con poco interés en mantener una relación. Enero contrata a Mia por una razón tan absurda que no sé si la sabré explicar bien. Quiere que Mia le espante moscardones mientras él hace negocios, o algo así. Es que es irresistible y todas las mujeres se abalanzan sobre él cuando le ven, porque nosotras somos así de tigresas en celo, chicas. Pero es que, claro, es un surfista esculpido por Afrodita y la tiene como una barra de pan recién salida del horno. Pongo la mano en el fuego y no me quemo si digo que en doce meses no le va a tocar ninguno bajito, feo o gordo. Cuánto daño ha hecho Diario secreto de una call girl.

Enero pasa y se enamoran perdidamente, porque no se le pueden pedir peras al olmo: se iba a pillar por el primer tío que la trata bien, estaba más claro que el agua. Llega febrero y la historia se repite: otro Adonis, esta vez artista, que se ha enamorado perdidamente de las "peligrosas curvas" de nuestra protagonista. Personalmente, creo que este mes sobraba mucho en el calendario, ¿qué queréis que os diga? Enero fue relativamente interesante, por "la novedad", pero febrero me resultó repetitivo y falto de carisma. En realidad, todo el libro a partir de la página 50 me resultó sumamente repetitivo y falto de carisma. Por si no queda claro, ¡tres veces nos dice que febrero se parece a Ben Afflek! Y está bueno, ¿eh? Que no se te olvide.

Se acaban enero y febrero y Mia revisa su cuenta bancaria, ¿le habrán pagado ya? Aclaración: Mia cobra 100000 dólares por cliente y un 20% extra por acostarse con ellos directamente en la cuenta, sin declarar, porque la prostitución es ilegal en California. necesita ese dinero (no sólo para saldar las cuentas de su padre, sino también para pagar la universidad de su hermana y salir adelante), busca activamente este porcentaje. Es más, menciona que este dinero le viene genial porque podrá devolver el dinero mucho antes. Ella quiere ese dinero. PUES LA TIPA VA Y SE PONE DIGNA CUANDO LE PAGAN. ¡Que ella no es ninguna puta para que le paguen por sexo!

Vamos a ver, si te metes a puta no te sorprendas cuando te paguen por tus servicios. Yo es que no puedo, ¡pues no va la tía y se queja de que la tratan como una puta! Hace dos capítulos te encantaba la idea de cobrar por sexo, ¡no me seas hipócrita! ¿Alguien le encuentra sentido a esta pataleta? Porque yo no. 

Lo peor de este libro ha sido sin duda la protagonista. Mia es una cría insoportable que no sabe lo que quiere; es inmadura, incoherente e impulsiva. Ella misma asegura que su mayor logro en la vida ha sido conseguir que su hermana sea virgen, y yo creo que eso ya es bastante definitorio. Un minuto está tan enamorada de Wes que no puede dejar de pensar en él y al siguiente ya está deseando acostarse con el siguiente cliente. Primero no quiere acostarse con ellos, luego sí que quiere, primero quiere el dinero, pero luego no quiere que le paguen por lo que hace. Y, no sé, para hacer esto mejor te quedas en casa y escribes un fanfic. O te lees alguno y aprendes algo.

Marzo es un tiarrión como ningún otro (¡ja!), el rico heredero de una cadena de restaurantes italianos. ¡Ah, pero es gay! ¿Qué pasará con Mia? Os informo que sigue perdidamente enamorada de enero (da un por saco con él que no veas), pero la idea de acostarse con este ya la llevaba en mente, no creáis. Marzo me ha gustado. Es decir, el chico me ha parecido majo y lo he podido leer sin que me dieran arcadas ni nada, será porque es el único que no quiere empotrar a Mia. Sin embargo, todo se viene abajo cuando leo esta frase: "Si hay alguien capaz de convertir a un gay en hetero, esa eres tú, Mia".

¿Qué os había dicho de la Mary Sue? A ver, hermana de marzo, los gays no se convierten ni nada, son personas normales que no se sienten atraídas por Mia que, por cierto, es patéticamente insulsa. Una pena, porque ella cree que todos los gays son, y cito textualmente, "demasiado guapos y perfectos". Y supongo que, en este universo, tiene que ser verdad, porque no he visto ni un solo feo. Ni gay ni hetero ni elefante. 

En fin, este libro es un maldito desastre lo mires por donde lo mires. El planteamiento es absurdo, la historia es aburrida y repetitiva, el final es tan previsible que no hacía falta matar tantos árboles para llegar hasta ahí y los personajes son tan planos que dan risa. Calendar Girl no ofrece nada nuevo: no es más que otra excusa nada barata (¡17€, ni más ni menos!) para vender sexo, otro Sin tetas no hay paraíso a la americana. Sinceramente, no entiendo qué veis en estas historias; si es por el sexo, hay libros mucho mejores que este. La segunda parte ni la toco, es veneno.