Reseña #10: Felices por siempre jamás

Título: Juntos por siempre jamás
Título original: Isla and the Happily Ever After
Saga: Anna and the French Kiss, #3
Autora: Stephanie Perkins
Año de publicación: 2014
Género: romance, chick-lit
Nº de páginas: 400
Editorial: Plataforma Neo

Enamorarse en la ciudad más romántica del mundo es fácil para la soñadora Isla Martin y el enigmático artista Josh Wasserstein. Pero a medida que avanza el último curso en la School of America de París, Isla y Josh se ven obligados a afrontar la desgarradora realidad, porque, quizá, su historia no acabe con un «felices por siempre jamás». ¿Seguirán juntos cuando los días en el instituto se acaben? ¿Será su amor más fuerte que la distancia? Su romance se convertirá en un apasionante viaje por Nueva York, París y Barcelona, acompañados de sus amigos Anna, Étienne, Lola y Cricket.

R E S E Ñ A

Me apetecía leer algo romántico y sin mucha complicación, así que me decidí a terminar la trilogía de Stephanie Perkins. Llevaba meses sin tocar un libro suyo, porque, después de la decepción que me supuso Lola and the boy next door, no me animaba a leer esta tercera parte. Ojalá pudiera decir que ha sido bonito y entretenido, pero me ha parecido un tostón de cuidado, igual que su predecesor. 

Para empezar, Isla. ISLA. ¡Pero qué chica tan desesperante! De todas las personalidades que pudo haber elegido la autora para su personaje principal, escoge a una niña rica, enamoradiza, cegada por las hormonas y sin ningún tipo de convicción. Por no mencionar que la pobre es más sosa que una sopa sin sal. Su única motivación en la vida es mirar de reojo al misterioso/deprimido de turno esperando que se fije en ella, mientras lee libros de aventuras y sigue una estricta rutina con su amigo Kurt [que, perdonad, pero me parece de todo menos autista]. Sus planes giran entorno a lo que hará o dejará de hacer el chico en cuestión. ¿Qué cenamos esta noche? No sé, ¿dónde crees que estará cenando Josh con sus amigos megapopulares? Te has lucido, Perkins.

Visto el panorama, Josh no iba a ser nada del otro mundo. Y no lo fue. Es el típico adolescente, hijo de político, que no quiere tener nada que ver con los asuntos de sus padres, pero que se ve arrastrado de todas formas. Además, aspira a una profesión que ellos no aprueban, apenas va a clase y, por supuesto, tiene una exnovia de la que ponerse celosa. Si no, ¿dónde está el interés?

Cada vez me costaba más avanzar en la lectura, porque no ocurre nada interesante. Es, simplemente, un romance de instituto con algún contratiempo menor para que la historia no se quede en cien páginas escasas. Parece que las cosas se les complican, pero, de todas formas, el final feliz se ve venir de lejos. No tiene ritmo, acción o altibajos, sino que es aburrida, lenta y predecible. Las tramas secundarias, como la relación entre Hattie e Isla o los nuevos amigos de Kurt se dejan bastante de lado para que el rollete principal tenga más espacio. ¡Cómo si no hubiéramos tenido bastante empacho ya! ¡Uff!

La pluma de Perkins es muy simple, ideal para los que están empezando con el inglés, y su narración se hace repetitiva. Para mí, sólo hay dos momentos a destacar: 1) Isla leyendo las memorias gráficas de Josh [me gusta mucho cómo ha quedado esa parte] y 2) el reencuentro con los protagonistas de los libros anteriores (Anna y St. Clair, especialmente). El resto es relleno: una forzada relación a distancia, tequieros regalados y cuatro tonterías de búsqueda de la libertad y la independencia. Si hicieran una película, sería como High School Musical, pero sin canciones pegadizas. La autora debería haber dejado de escribir después del primer libro, el de Anna.

En conclusión, Felices por siempre jamás es un libro con el que no llegué a conectar. Me gustan las historias de amor, pero esta me pareció insulsa. Los personajes principales tampoco me impresionaron y creo que se podría haber sacado más jugo a los secundarios, Hattie y Kurt. Lo que más me ha gustado, el regreso de Anna y St. Clair. 

P U N T U A C I Ó N