Reseña #11: La librería de los finales felices

Título: La librería de los finales felices
Título original: Läsarna i Broken Wheel rekommenderar (The Readers of Broken Wheel recommend)
Autora: Katarina Bivald
Año de publicación: 2014
Género: ficción, romance, chick-lit 
Nº de páginas: 459
Editorial: Planeta

Tras dos años intercambiando cartas y pasión por los libros, Sara decide viajar a un pueblecito de Iowa para conocer a su anciana amiga Amy, pero cuando llega ésta ha muerto, dejando una vieja casona y miles de libros.

Sola en este alejado rincón se da cuenta de que gracias a las cartas de Amy conoce bien a los habitantes del pueblo. Así, cuando se embarca en la locura de montar una original librería con los ejemplares de Amy se da cuenta de que hay un libro destinado a cambiar la vida de cada uno de ellos. Pero al hacerlo también cambiará la suya.

R E S E Ñ A

Esta semana vengo con la reseña de uno de esos libros que te venden como una cosa y acaba siendo otra. Por lo que había leído en Goodreads, era una novela con encanto y con todos los ingredientes necesarios para enamorar a las masas. En una parte de la sinopsis, incluso se la comparaba con Ameliè, que es una de mis película favoritas. Claro, no me pude resistir. Me dejé llevar por tanto brillo y salí escamada. Como siempre. 

Recapitulemos. Sara es una librera suiza recién despedida que lo único que tiene claro es que no sabe cuál es su lugar en el mundo. Lleva meses carteándose con una adorable anciana de Iowa a quien termina cogiendo mucho cariño. A la mínima oportunidad, coge un avión y se planta en medio de ninguna parte con el objetivo de pasar unas vacaciones tranquilas, leyendo, conversando con Amy y empapándose del lugar del que su amiga tanto le ha hablado. Sin embargo, la mujer es mayor y está enferma y, para cuando Sara llega a Broken Wheel, Amy ha fallecido. De hecho, se encuentra con su funeral. 

Hasta ahí bien. He de reconocer que con este planteamiento tan interesante no me importaba comerme una novela de casi quinientas páginas. Pero, a partir de ahí, hay poco más que decir de la historia. Tenemos páginas y páginas de absolutamente nada: Sara llega a la casa de Amy, Sara va a la compra, Sara come en el bar del pueblo, Sara lee en el porche, Sara bla bla bla. Relleno. Parecía que la historia no fuera a empezar nunca. Total, que me estaba costando la vida avanzar con la lectura.

Para intentar que el tostón no lo fuera tanto, la autora intercala las cartas que Amy le manda a Sara con los capítulos. Estas cartas me han encantado y he extraído de ellas opiniones con las que me siento totalmente identificada. Por ejemplo, Amy critica el hecho de que la educación convierte clásicos de aventuras increíbles en deberes infumables. También me gustó que escribiera que es triste ver los libros como algo que tenemos que leer solo porque otros lo han leído. 

¿Y no es cierto? ¿No tenemos que leer libros que odiamos sólo porque unos cuantos críticos elitistas han dicho que son maravillosos? O, todo lo contrario, ¿no os habéis sentido menospreciados por leer algo que no se considera "buena literatura"? Pues bien, en esta cita resumo mi opinión: "Hay demasiados libros como para ceñirse a una sola temática". Leed romance, acción, terror, ficción, biografía, histórica, erótica. Leed lo que os de la gana, pero leed [y dejad leer]. 

Dejando a un lado que contiene reflexiones muy variadas, creo que este libro es innecesariamente largo, es decir, encuentro que hay capítulos enteros que podrían eliminarse y no pasaría nada. Está bien conocer más a fondo a los personajes, pero dedicar diez páginas a la biografía de uno solo (y secundario, además) me parece excesivo. Hay demasiados pensamientos, impresiones y descripciones. Es muy lento y me ha resultado imposible empatizar con todos los personajes hasta casi el final, cuando ya me dije "o lo acabo hoy o lo dejo". 

En conclusión, La librería de los finales felices no ha sido lo que me esperaba. Es una historia que tiene poco ritmo, demasiados personajes como para encariñarse con todos, una protagonistas insulsa y autocompasiva, un romance sin chispa y un exceso de texto vacío. ¿Lo recomiendo? No, pero he leído cosas mucho peores. 

P U N T U A C I Ó N